Por segunda vez desde que es concejal le toca hacerse cargo del área de Medio Ambiente, incluidas las piedras de Ondarreta. ¿Por qué han optado por retirarlas?
-Hemos hablado tanto con el centro Azti, que en los últimos años viene realizando por encargo del Ayuntamiento una serie de estudios, como con Aranzadi, que tiene una visión algo diferente. Azti ha hecho mediciones y visualizaciones y hay ciertas diferencias de opinión entre los dos sobre el origen de las piedras, pero ambos están en la dinámica de ir eliminado las piedras cuando aparezcan, aunque Azti dice que hay varias capas, no solo una superficial. Aranzadi, por su parte, dice que la capa de piedras no es tan profunda. Es verdad que ahora no hay tanta piedra como había antes, pero siguen saliendo. Creemos que hay que ir eliminando a medida que van saliendo. Capa que sale, capa que se elimina. Queremos abordar este problema que es uno de los principales retos de la ciudad en lo que a sus playas respecta. Para ello vamos a seguir con las medidas iniciadas y vamos a usar un pequeño tractor para cribar las de pequeño tamaño.
Otro problema que afecta, en este caso, solo a la playa de la Zurriola es el reparto del agua para surfistas y bañistas. ¿Cómo va el verano?
-Se ha hecho una norma para que se diferencien los espacios entre unos y otros y evitar los peligros. Hemos autorizado a que siete clubes impartan clases en la Zurriola, pero hay otros que también quieren hacerlo y creemos que hay que dar oportunidad a todo el mundo, sobre todo porque hay más peticiones. No que siempre sean los siete clubes con autorización ahora. Habrá que distribuirlo de algún modo de cara al futuro, aunque no será este mismo verano.
La Concha se queda a veces con una franja de arena seca muy estrecha. ¿Se plantea algo el Ayuntamiento?
-Es verdad que hay días en los que La Concha casi desaparece y, bien como consecuencia del cambio climático o de la falta de arena, es una cuestión que es preciso estudiar. Una consecuencia de esta situación la padecen los usuarios de los toldos, que pagan un abono por todo el verano. Si por circunstancias meteorológicas o de mareas, algunas personas con toldo se quedan sin poder usarlo, creemos que tiene que haber alguna bonificación o ventaja para el año siguiente.
Este año, se han vuelto a llenar los toldos de La Concha pero los de Gros y Ondarreta no se cubren.
-En La Concha se llenan los toldos porque, entre otras cosas, se redujeron a la mitad hace unos años por orden de Ministerio de Medio Ambiente. Ahora, además, no está prohibido llevar sombrillas a la playa y por eso los toldos ya no tienen tanta demanda como hace un tiempo.
¿Cómo se garantiza que las playas estén limpias?
-Hay cuatro periodos diferentes en el año, según la intensidad de uso. Ahora estamos en el de intensidad máxima de limpieza, que añade a los trabajos de cada mañana limpiezas en horario de tarde, apoyos en momentos necesarios y retirada de flotantes de las aguas entre las 7.00 y las 18.00 horas con una embarcación. Además se criba la arena y se repasa en momentos de necesidad como en Semana Grande.
La limpieza de las calles ha sido objeto de polémica en los últimos tiempos. ¿Qué van a hacer para que se note un cambio?
-Hemos puesto en activo desde el 1 de julio un plan de choque a la vez que ha entrado el vigor el nuevo contrato. Ahora, se cubren todas las bajas y las vacaciones del personal, con lo que hay más trabajadores y no se queda nada sin cubrir. Queremos que el mantenimiento y la limpieza vuelvan a merecer la confianza de la ciudadanía. Por ello, hemos intensificado la limpieza tanto en la zona del litoral, donde más gente se mueve continuamente, como en los barrios, que necesitan un repaso. Se ha pintado la barandilla de La Concha, los bancos del Buen Pastor, de la plaza de Gipuzkoa, Alderdi Eder... y se está siguiendo por otros puntos como Txomin, donde los vecinos están bastante mosqueados porque llevan tiempo sin ver un barrendero, según han expresado reiteradamente. Recientemente, uno de ellos recibió los aplausos de los vecinos.
La limpieza viaria redujo algo su cuantía tanto en la última legislatura como en la anterior. ¿Se destinará ahora más dinero a la limpieza?
-Sí, hay un millón de euros de gasto más al año después del último concurso público que se convocó hacia abril y que ha sido adjudicado a la UTE compuesta por las empresas Zerbitzu y FCC. El nuevo contrato de limpieza viaria, que tiene una duración de cuatro años, prorrogables otros dos, tiene un importe de 13,3 millones de euros al año, IVA incluido, y recupera servicios que habían sido eliminados en el plan de ahorro anterior.
¿Cómo se priorizan las zonas que hay que limpiar?
-Se establecen las necesidades actuales de la ciudad definiendo nuevos niveles de limpieza según barrios, zonas, calles y sectores, basados en la realidad. También se incorpora un sistema de organización, denominado por la UTE “limpieza rotativa intensiva”, que sectoriza y coordina los equipos para conseguir un mayor rendimiento. Además, se incorporan brigadas autónomas de apoyo con equipos hidrolimpiadores y herramientas... La nueva contrata, además, tiene controles de calidad internos. Todo ello, permite dar unas directrices para solventar situaciones concretas si es necesario.
¿Cuál es su reto al frente de la limpieza?
Precisamente, que la ciudadanía donostiarra vuelva a sentirse orgullosa de tener una ciudad limpia y bien cuidada. Queremos dar unos estándares de calidad proporcionales a la exigencia de nuestros vecinos con un Plan de Limpieza y Mantenimiento anual y evaluable. Y también recuperar la imagen perdida. Para ello, habrá campañas de sensibilización e información dirigidas a concienciar a profesionales, vecinos y visitantes en que una ciudad más limpia se construye entre todos.
La asociación Parte Zaharrean Bizi se está quejando de cómo funciona la recogida de basura en la Parte Vieja, que estrenó un nuevo método en la anterior legislatura, en el que se incluye también la recogida de materia orgánica, por primera vez.
-El problema ha surgido cuando se ha empezado a recoger la materia orgánica. Las bolsas no son muy fuertes y hay pérdidas de líquido por lo que se ensucia el suelo. Por eso, hemos acordado hacer una limpieza específica después de esta recogida de materia orgánica con una barredora fregadora. Es cierto que hay incumplimientos en los horarios pero fundamentalmente son a causa de algunos vecinos y hosteleros, que no cumplen con las reglas establecidas en el sistema implantado. No sacan las bolsas a las horas señaladas y hay cada día una media de 250 kilos de basura que se depositan fuera de hora, por lo que hay que volver a recoger y hasta entonces puede verse suciedad. De alguna forma, si todo el mundo cumpliera con lo que tiene que hacer no habría que organizar servicios extraordinarios. Pero en la Parte Vieja, además de mucha gente y locales de hostelería, hay también muchas personas mayores, que no acaban de conocer bien el nuevo método. De todas formas vamos a hacer una campaña fuerte para dar a conocer el sistema y mejorar poco a poco.
¿Se rompen mucho las bolsas de materia orgánica?
-Las bolsas destinadas a la materia orgánica son un poco blandurrias y dan problemas.
¿Qué piensan hacer?
-Estamos buscando un lugar concreto para centralizar allí toda la recogida de la materia orgánica de la Parte Vieja. Queremos dar con la mejor ubicación para este tipo de desechos. Además, estamos hablando con los proveedores de bolsas de orgánico para estudiar la posibilidad de que sean más fuertes. De todas formas, salvo momentos concretos, la Parte Vieja ha mejorado en limpieza, aunque cuando la afluencia de gente es mayor, lógicamente la suciedad aumenta. Es fundamental respetar los horarios establecidos para no agravar esa imagen. Los vecinos, por su parte, piden un garbigune para los hosteleros y comerciantes y lo estamos valorando. También estamos estudiando la posibilidad de que se usen bolsas normales y que luego se rompan en la planta de reciclaje, pero hasta hace poco Gipuzkoako Hondakinen Kudeaketa (GHK) decía que ni hablar. Se están valorando muchas mejoras.
El mantenimiento también afecta a las obras artísticas. Cuatro meses después de ser derribada se ha repuesto esta semana la escultura dedicada a la reconstrucción de la ciudad en la Parte Vieja, pero la de Don Quijote está sin lanza ni manos.
-Se va a reparar pero hay que recordar que cada vez que se rompe la lanza cuesta unos 600 euros.
Hay una ordenanza de antenas de telefonía móvil aprobada por el Consistorio, pero los socialistas no participaron en la votación. ¿Qué van a hacer al respecto?
-Hay un informe en contra de esta normativa y, por eso, nosotros ni siquiera votamos la ordenanza de antenas. Según aquel informe jurídico, la normativa que resultó finalmente aprobada quedaba superdisminuida. Bildu habló con un abogado, que es quien asesoró para la redacción de la ordenanza, pero hay una norma de rango mayor, a nivel del Estado, que anula lo que tenemos aprobado en este Ayuntamiento por lo que su aplicación es difícil.